El realizar las prácticas en el extranjero puede ser algo que no atraiga a mucha gente, ya que supone el alejarte de tu familia, amigos y de tu vida en general y además enfrentarte a un idioma diferente; pero estos no son motivos para dejar pasar una oportunidad como esta.
Quizá no haya cumplido mi objetivo de mejorar el francés completamente, pero ha habido muchas otras cosas por las que esta experiencia ha merecido la pena. He conocido otra cultura diferente a la española, en la que cambiaban desde los horarios de las comidas hasta las formas de pasarlo bien. He descubierto que a los franceses les encanta hablar en español, aunque no tengan ni idea.
He trabajado en el sitio más bonito que jamás hubiera creÃdo trabajar: en una depuradora situada en la montaña, con una panorámica de Pau y viendo como los árboles iban cambiando el color de sus hojas dÃa tras dÃa, desde el verde más vivo hasta el marrón otoñal pasando por rojos, naranjas y amarillos; y es que esta parte del otoño no se puede apreciar en Zaragoza. Además he conocido a dos chicas, españolas, con las que he pasado muy buenos momentos durante la estancia en Pau y que sé que sin ellas no hubiera podido aguantar todo el tiempo.
Reconozco que cuando estaba allà se me hacÃa un poco largo, no veÃa el dÃa de volver a Zaragoza; pero ahora debo decir que lo repetirÃa e incluso me gustarÃa que fuese durante más tiempo. Al irme de allà me daba pena, saber que lo que habÃa estado viendo dÃa a dÃa ya no lo iba a ver, al menos hasta dentro de mucho tiempo; que todo el francés que habÃa aprendido se iba a echar a perder y sobretodo, que habÃa dejado muchas cosas por hacer. Asà que si alguna vez se me vuelve a presentar esta oportunidad, lo volveré a hacer, pero esta vez aprovechándolo 10 veces más.
Con esto os quiero animar a que vosotros también lo hagáis y si todo lo que os he dicho no os convence, pensar que la experiencia laboral en el extranjero se valora mucho. Un saludo.
Ainhoa