Ha sido una experiencia inolvidable.

El trato de las empresas ha sido muy bueno.

Las familias de acogida han estado atentas y preocupadas por los practicantes.

El ayuntamiento, los servicios prestados y las ayudas han sido estupendas.

Cuando comencé mi segundo y último curso, empecé a replantearme qué hacer cuando terminase. Debido a la situación que atraviesa el país, encontrar trabajo de lo mío era algo inimaginable, así que decidí ampliar fronteras. Me ofrecieron la posibilidad de realizar mis prácticas en el extranjero y no lo pensé dos veces, ya que podía conocer un país nuevo, diferentes culturas, modos de vida, mejorar el idioma y ampliar mis posibilidades laborales.

Me decanté por viajar a Londres, y todas mis expectativas se cumplieron. Además, me llevé una gran experiencia personal en el camino. Aunque tenía la posibilidad de realizar mi Erasmus en una residencia de estudiantes, decidí aventurarme y buscar alojamiento por mi propia cuenta, lo cual me benefició económicamente, por no hablar de la madurez adquirida al tener que valerme por mí mismo. Al principio estaba muy asustado (como todos) pero simplemente hay que dar el paso y lanzarse para comprobar que no hay motivo alguno para estarlo. He visto sitios increibles, tengo mil anécdotas que contar y he adquirido una gran experiencia profesional. El idioma me preocupaba un poco, pero en cuanto ves que no tienes más remedio que hablar inglés, cambias el chip y te sale natural. De verdad que recomiendo esta experiencia a cualquiera que esté pensando en vivirla.