La experiencia en Pau ha sido altamente satisfactoria. No os podéis perder esta oportunidad que nos brinda el Corona de Aragón por nada del mundo. Como fórmula para mejorar un segundo idioma es insuperable. A nivel de formación es un complemento fantástico pues siempre te encuentras más alerta que si realizas las prácticas en tu ciudad y fijas más los conceptos. Conceptos que no difieren mucho de lo que venimos de aprender y te hace ver que no somos tan diferentes a uno y otro lado de la frontera.

Por el tema de "salir de marcha" o "faire la fête" como dicen ellos no os preocupéis, que os va a sorprender muy gratamente. El primero que me animó a divertirme y a señalarme los principales puntos de marcha fue mi jefe, un señor muy serio con el trabajo pero que lo primero que te dice es que el Erasmus es para disfrutar y conocer la cultura del país visitado.

En la casa donde me alojé había por ejemplo chicos y chicas chinos que estudiaban en la Universidad. Coincidía con ellos en la cocina y nos sorprendíamos mutuamente con nuestras comidas típicas o discutíamos de como poner en marcha la moderna lavadora que nos acababan de traer. Agradecían mucho que les dijera "hola" en chino como nosotros nos emocionamos cuando oyes hablar español.

El tema más delicado puede ser el tema de los modales o de la buena educación. Ellos son muy educados la verdad, pero nosotros también sabemos comportarnos perfectamente. Los momentos, las formas de saludar o la interpretación de algunos gestos no coinciden con los nuestros y eso lo vas aprendiendo con la estancia y con tus relaciones. Nunca sintáis que os hacen de menos porque seguro que lo estáis interpretando con nuestra mentalidad y simplemente es que las cosas allí son así. Si controláis un poco el idioma y veis la tele o escucháis la radio veréis que son muy críticos con ellos mismos y se ríen de su sombra por lo que no sienten hacer mal cuando lo hacen con los demás. 

Durante mi estancia invité algún fin de semana a mis amigos y quedaron tan encantados que ya estamos preparando un fin de semana en Pau para este verano. Con esto os lo digo todo.

La ciudad es acogedora, un poco más pequeña que Zaragoza. Los franceses son muy educados (el conductor del autobús todos los días me saludaba con una sonrisa y un buenos días, lo que se agradecía). Lo único malo el tiempo que pasaba en el autobús, tres horas todos los días.

Los horarios son diferentes, pero te acostumbras a comer a las 12. La residencia estaba muy bien, perfecta, la terraza nos la gorroneaban nuestras compañeras, lo único que al estar en Gelos estaba relativamente lejos del centro de Pau.

En el trabajo los compañeros muy agradables, coincidí con otros estudiantes franceses también en prácticas. Eso si,  lo mejor todos los días hacía turismo Gelos-Pau-Lescar, hora y media de ida y al acabar las practicas, lo mismo. Esto es lo único malo de esta experiencia. En general ha sido muy positiva.